Vecinos de Cateura, atrapados en un ambiente insostenible

Con los años se fueron formando vertederos clandestinos en los barrios aledaños a Cateura, donde los habitantes deben convivir en medio de un ambiente insalubre. 

Un equipo de La Caja Negra documentó numerosos focos de residuos ilegales que no solo contaminan el paisaje, sino también el ambiente. Vecinos del Barrio Santa María y Republicano (barrios en los alrededores de la zona de Cateura) manifestaron que ya se volvió insostenible vivir en la zona.

Los lugareños enfrentan una realidad cotidiana marcada por olores nauseabundos, proliferación de moscas y contaminación generalizada. Los camiones de basura que transportan residuos son señalados como responsables de derramar líquidos y basura durante el trayecto, dejando un rastro de suciedad que los propios vecinos intentan mitigar al salir con mangueras en las calles.

La situación es insoportable, ya que no se puede estar en este ambiente altamente contaminado. Las lluvias intensifican el problema: los residuos acumulados generan olores más penetrantes y favorecen la reproducción de insectos, aumentando los riesgos sanitarios.

El emblemático vertedero de Cateura, que funcionó como sitio de disposición final por casi 40 años, dejó de operar en enero de 2020 tras una resolución del Ministerio del Ambiente. Desde entonces, se convirtió en una planta de transferencia, donde los residuos se clasifican antes de ser enviados al relleno sanitario de El Farol, en Villa Hayes. Sin embargo, el predio aún alberga toneladas de desechos acumulados a lo largo de su historia.

Recuperar las 36 hectáreas del predio implicará un proceso químico que podría tomar entre 10 y 12 años, y el municipio enfrenta desafíos logísticos y económicos para avanzar en la recuperación del sitio.

A mediados del año, la ministra Claudia Centurión, titular del MOPC, anunció que el cierre definitivo de Cateura forma parte del plan maestro para la Costanera Sur. Este proyecto incluye la construcción de plataformas a cota no inundable que puedan albergar industrias, generando empleos y promoviendo el desarrollo económico en la zona.

Sin embargo, este ambicioso plan aún enfrenta limitaciones en cuanto a financiamiento y ejecución. La eliminación de los residuos acumulados en Cateura y su transformación en un espacio funcional será un proceso largo y costoso.

Mientras Cateura avanza hacia su clausura definitiva, los vertederos clandestinos proliferan en las zonas ribereñas, incluidas áreas cercanas a la Costanera Sur. Se estima que existen numerosos puntos de acumulación irregular, agravados por la quema de basura. Estos focos representan un problema de salud pública y un retroceso para la recuperación ambiental de la ciudad.

El desafío es grande, pero también lo es la oportunidad de construir una ciudad más sostenible. La recuperación de Cateura y el control de los vertederos clandestinos podrían marcar un antes y un después en la historia ambiental de la capital.

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