La montaña rusa del fondo jubilatorio del IPS: de la caída a la recuperación


En poco más de una década, el fondo de jubilaciones del Instituto de Previsión Social (IPS) pasó por un camino lleno de curvas. Entre el 2013 y el 2025, la rentabilidad real del fondo —es decir, el rendimiento ajustado por inflación— vivió momentos de auge, caída libre y, más recientemente, una recuperación que genera expectativas, pero también preguntas.
De acuerdo a la información pública disponible al respecto en la página web de IPS, durante el gobierno de Horacio Cartes (2013-2018), la tasa de interés real promedió un saludable 5%. Aunque hubo fuertes oscilaciones, como un pico del 9,1% y un mínimo del 1,7%, el fondo mantuvo su capacidad de generar ganancias reales por encima de la inflación.
Con la llegada de Mario Abdo Benítez (2018-2022), esa estabilidad se desvaneció. El rendimiento promedio cayó a solo 2,3%, y por momentos —especialmente entre 2020 y 2022— la tasa real se volvió negativa. El punto más bajo se registró con un -2,6%, una señal clara de que el valor del fondo se estaba erosionando en términos reales. Las secuelas económicas de la pandemia, sumadas a decisiones de inversión poco eficientes, dejaron una marca difícil de ignorar.
El panorama comenzó a cambiar con la administración de Santiago Peña. Desde inicios de 2023, la tasa real no solo se recuperó, sino que superó los promedios anteriores, alcanzando un 6% de media y llegando a un máximo de 8,1% en marzo de 2025. Esta mejora abre una nueva etapa para el IPS, pero también plantea el desafío de sostener este rendimiento en el tiempo.
Mientras los números actuales despiertan cierto optimismo, los aportantes y jubilados exigen que no se repita el bajón del pasado. El buen rendimiento de hoy debe ser una política de Estado, no una casualidad coyuntural.