Socios sospechan de mecanismo para lavar dinero mediante cooperativa
Un grupo de socios de la Cooperativa San Cristóbal detectó el aparente modus operandi instalado en la institución para el esquema de lavado de dinero durante la administración del expresidente Juan Carlos Ozorio. Valiéndose del propio balance y memoria hecha por los administradores de la cooperativa, este grupo de exdirigentes se percató de las presuntas irregularidades que ocurrían ante la vista de todos. Según expusieron, supuestamente desde el 2005 en San Cristóbal se hacían asociaciones completamente irregulares.
La presunción que tienen es que con este mecanismo de asociación fraudulenta se otorgaban millonarios créditos sin respaldo alguno. Para ello se habrían falsificado certificados de trabajo y lugares de residencia. Por ejemplo, los denunciantes detectaron que hicieron figurar que en una pequeña panadería trabajaban supuestamente 50 personas, las cuales se asociaron a la cooperativa y coincidentemente todas serían simpatizantes de Ozorio.
De esta manera, siempre conforme a la denuncia, el nuevo socio solicitaba millonarios créditos al poco tiempo, pagaba luego solo la primera cuota, y posteriormente la cooperativa declaraba la deuda como incobrable. Según el balance de la institución solidaria, de la cual se hicieron eco los socios que exponen las aparentes irregularidades, tan solo de marzo a diciembre del 2020 (en plena pandemia de Covid-19) la cooperativa tuvo casi 40 mil millones de guaraníes en cargos diferidos.
Sobre el punto, los socios enviaron sendas notas tanto a la comisión interventora de la cooperativa como así también al Instituto Nacional de Cooperativismo (INCOOP), el cual determinó primero la fiscalización y luego pasó a la intervención de San Cristóbal ante el supuesto nexo de Ozorio con el narcotráfico. En las misivas, los exdirigentes pedían explicaciones a los interventores sobre si los cargos diferidos representaban derechos efectivos en expectativa de recupero o, en lo contrario, si eran un ocultamiento de pérdidas no reconocidas o registradas.
Hoy en día, la cooperativa en cuestión posee la cartera de crédito más alta del mercado con 159 mil millones de guaraníes, lo cual llama poderosamente la atención y hace suponer que daba créditos a “cacharrata”.
Ante la presunción que se tiene sobre un mecanismo de lavado, los socios además solicitaron informes a la comisión interventora sobre las acciones que la cooperativa había comprado y luego vendido de la Aseguradora ASEPASA SA, y además que informe sobre las otras inversiones que tiene en sociedades anónimas y los dividendos recibidos en los últimos cinco años de parte de estas.
Así también pidieron saber en qué quedó la sustracción de más de 17 mil millones de guaraníes en un solo día tras estallar el escándalo de Ozorio, mientras los demás socios se vieron impedidos de sacar sus aportes de manera inmediata y después se encontraron ante trabas burocráticas. Hasta la fecha, solamente pueden retirar hasta 2 millones de guaraníes, luego de hacer varios trámites administrativos.
Por su parte, la comisión interventora –integrada por María Mercedes Ortega, Claudia Silva, Saturnina Burgos y Aura Maidana, no respondió las interrogantes de los socios, tal como ellos esperaban, ya que solo se limitó a acusar recibo de las notas e indicar que recién al momento de realizarse la asamblea de intervención se informará de la situación de la entidad y las medidas a ser adoptadas.
Para los socios que se agruparon, esta comisión interventora del San Cristóbal genera poca confianza porque sus integrantes son jueces y parte, ya que los mismos dirigentes de la cooperativa integran el INCOOP. Citaron en ese sentido el caso de Bernardino Portillo, compadre de Pedro Loblein, titular del INCOOP. Este hombre actualmente es gerente de operaciones de la entidad y antes se desempeñaba como funcionario del INCOOP, por lo que existiría un conflicto de intereses.
La preocupación de los exdirigentes es que la cooperativa habría sido saqueada a todas luces y que para ello existiría una supuesta arquitectura contable para maquillar las pérdidas. Hoy la entidad solidaria se encuentra en terapia intensiva, su utilidad del año pasado fue del 1,4% cuando en otras cooperativas rondó el 20%. Los socios advierten un inminente riesgo de colapso en el sistema cooperativo del país si no se toman medidas urgentes.