Paraguay: títulos médicos “for export” y sin control


La formación médica en Paraguay se transformó en los últimos años en un verdadero mercado de títulos. De las 43 carreras de Medicina actualmente habilitadas por el Consejo Nacional de Educación Superior (CONES), solo 22 cuentan con acreditación oficial de calidad por parte de la Agencia Nacional de Evaluación y Acreditación de la Educación Superior (ANEAES), es decir, cumplen con los estándares exigidos para formar a los futuros médicos. El resto de las carreras están en distintas situaciones: en proceso de evaluación diagnóstica, sin haber logrado acreditación o aún pendientes de evaluación por ser de reciente creación.
La Ley N° 2072/2003 establece que ANEAES es el organismo encargado de evaluar y acreditar la calidad académica de las instituciones y carreras de educación superior. La participación en los procesos de acreditación es voluntaria, salvo para carreras consideradas sensibles, como Medicina, Derecho, Odontología, Arquitectura, Ingeniería e Ingeniería Agronómica, además de aquellas que habiliten a profesiones que puedan impactar en la integridad de las personas o su patrimonio.
Según la ANEAES, en Paraguay existen hoy un total de 58 universidades creadas por ley: solo 10 son públicas y las 48 restantes privadas. En el caso de Medicina, 25 universidades (5 públicas y 20 privadas) ofertan las 43 carreras habilitadas para esta profesión. De estas 43 carreras médicas, solo 22 están acreditadas: 16 corresponden a universidades privadas y 6 a públicas.
El panorama no mejora al analizar las especialidades médicas. De los 230 programas de postgrado que están habilitados en el país, solo una minúscula cifra -que llega a 35- cuenta con acreditación oficial de calidad, concentrándose en áreas como Medicina Interna, Cirugía General y Medicina Familiar. Estos programas acreditados se ofrecen en cinco universidades (cuatro públicas y una privada), ubicadas principalmente en Asunción y el Departamento Central. De hecho, 15 de estas especialidades acreditadas se dictan en Asunción, 12 en Central, 6 en Itapúa y apenas 2 en Alto Paraná, lo que evidencia una gran concentración geográfica y una limitada oferta en otras regiones.
UN NEGOCIO LUCRATIVO
A este escenario se suma la masiva migración de estudiantes brasileños a Paraguay. Según datos del Registro Único del Estudiante (RUE), actualmente hay más de 35.000 estudiantes brasileños cursando la carrera de Medicina en Paraguay, de un total de 47.000 matriculados en todo el país. Muchos de ellos optan por universidades privadas, atraídos por la ausencia de examen de ingreso, menores costos y menor rigurosidad académica en comparación con Brasil.
Este fenómeno convirtió al país en un polo de atracción para jóvenes brasileños, pero también en un negocio altamente rentable para varias instituciones educativas, algunas de las cuales operan con mínimos controles de calidad.
Sin embargo, la realidad se impone al regreso. Para ejercer en Brasil, los egresados deben aprobar la llamada “reválida”, un riguroso examen de competencia. Solo el 25% de los brasileños que estudian Medicina en Paraguay logra superar esta prueba, dejando en evidencia las falencias en la formación que recibieron.
El crecimiento descontrolado de carreras de Medicina y programas de especialidades no puede seguir siendo visto solo como una oportunidad de negocio. Estamos ante un tema de salud pública. Es imperioso que la formación médica en Paraguay se convierta en una verdadera política de Estado, con estándares de calidad garantizados y con un compromiso real con la salud de la población.