Montan proyecto inmobiliario e intervienen bosque regenerado

Un predio de 52 hectáreas de bosque en proceso de regeneración fue arrasado en el distrito de Nueva Esperanza, departamento de Canindeyú. Hoy este sitio es el epicentro de un proyecto inmobiliario de características premium, el cual recibió aprobación exprés de las autoridades locales y cuyo propietario es un empresario brasileño vinculado al intendente local.

El proyecto inmobiliario está siendo impulsado por el empresario brasileño Andre Ari Caus, integrante del grupo agroindustrial Apane, en un predio boscoso que estaba en proceso de regeneración. Imágenes satelitales y tomas aéreas de un dron de La Caja Negra evidencian que el terreno fue intervenido dos veces: primero, mediante una tala masiva en el año 2016, y recientemente, con la remoción del bosque que comenzó a regenerarse de manera natural.

Según datos de la herramienta Global Forest Watch, en el 2016 se registró una pérdida de cobertura arbórea del 80% en el sitio en cuestión, durante la vigencia de la Ley de Deforestación Cero (Ley N.º 2524/04), que prohíbe toda actividad de transformación o conversión de superficies con cobertura de bosques nativos en la región Oriental. Esta normativa, vigente desde diciembre de 2004 y actualmente renovada bajo la Ley N.º 6676/2021, protege también los bosques regenerados, definidos como ecosistemas nativos o autóctonos en proceso de sucesión natural que ocupan un mínimo de dos hectáreas.

Tras la tala masiva de 2016, las imágenes satelitales muestran que el predio no sufrió ninguna otra intervención humana ni natural durante casi una década. No se registraron alertas de deforestación ni incendios forestales entre 2016 y 2023, lo cual hace deducir que el área inició un proceso de regeneración natural, de acuerdo con la herramienta consultada. Sin embargo, esta cobertura verde fue nuevamente arrasada recientemente, tal como evidencian las imágenes captadas por el dron. En esta oportunidad se procedió a intervenir el sitio talando árboles y arrasando con la vegetación.

Esta propiedad, inscrita bajo el Padrón N.º 954, fue habilitada para fraccionamiento y loteamiento por parte del municipio de Nueva Esperanza, encabezado por el intendente colorado Sergio Godoy, pese a que el terreno aún mantenía vestigios de bosque regenerado. El proyecto inmobiliario, dirigido a sectores de clase media alta, fue aprobado de forma exprés, con precios fijados en dólares, y mantiene áreas boscosas únicamente en las parcelas que dan sobre la ruta PY07, en un aparente intento de disimular el daño ambiental hecho en la parte más interna.

Fuentes locales señalan que el empresario brasileño estaría vinculado al intendente municipal y que incluso habría sido financista de su campaña, lo que aparentemente explicaría cómo pudo aprobarse el proyecto pese a la ley vigente que protege los bosques en el área. 

Llamativamente, un emprendimiento de carácter social ubicado a pocos kilómetros del lugar, que está siendo promovido por otro grupo empresarial y que ofrece terrenos en cuotas accesibles para familias de bajos ingresos, enfrenta múltiples trabas del municipio. Según información recabada en la zona, entre las medidas impuestas, se exigió a los desarrolladores del proyecto social la ejecución de obras de empedrado en calles específicas, bajo condiciones de costos elevados y con la obligación de contratar a una empresa supuestamente vinculada al entorno del intendente.

En las inmediaciones de este segundo sitio se encuentra instalado un barrio donde viven aproximadamente 120 familias que aguardan la aprobación municipal para el loteamiento. Sin embargo, hasta la fecha el emprendimiento no fue habilitado, pese a la presión de los vecinos que insisten en la necesidad de estas soluciones habitacionales.

Un integrante de la comisión vecinal, quien pidió reserva por temor a represalias, reveló que existe mucho malestar entre los lugareños que viven pegados a la zona de cultivo de soja y donde se pretende realizar también el loteamiento. Los pobladores argumentan que la aprobación de estos nuevos lotes les permitirá tener una mejor calidad de vida, ya que de esta manera estarán un poco más retirados de los impactos ambientales de la agroindustria.

Deforestación alarmante en Canindeyú

El distrito de Nueva Esperanza, creado en 2013, forma parte del departamento de Canindeyú, una zona seriamente afectada por la pérdida de masa boscosa en las últimas dos décadas. Según datos de la herramienta Global Forest Watch, entre 2001 y 2023, Canindeyú perdió 118.000 hectáreas de bosque primario húmedo, lo que representa un 41% de su pérdida total de cobertura arbórea. Mientras que el área total de bosque primario disminuyó en 49%.

En el mismo período, el departamento perdió 285.000 hectáreas de cobertura arbórea, equivalente a una reducción del 39% desde el año 2000 y generando aproximadamente 119 millones de toneladas de emisiones de CO₂.

Entre el 18 de octubre de 2023 y el 19 de abril de 2025, se registraron 598.338 alertas de deforestación en Canindeyú, de las cuales 94% fueron de alta confianza, situación que reafirma el impacto ambiental que atraviesa la región.

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