Correcto desecho de pilas usadas: un paso clave hacia la protección del medio ambiente
Las pilas se convirtieron en un componente esencial de nuestra vida cotidiana. Desde los dispositivos electrónicos más pequeños hasta los grandes sistemas de almacenamiento de energía, las pilas nos permiten mantenernos conectados y funcionando. Sin embargo, cuando estas llegan al final de su vida útil, es de vital importancia que se les dé un tratamiento adecuado, situación que por desidia del Estado y falta de responsabilidad social no ocurre en Paraguay y pone en serio riesgo la salud de todos.
El almacenamiento correcto de las pilas usadas es un tema que a menudo pasa desapercibido, pero sus implicaciones ambientales son significativas. Estos productos contienen una variedad de metales pesados, como mercurio, cadmio (un agente cancerígeno) y plomo, que son altamente tóxicos y pueden filtrarse en el suelo y las aguas subterráneas si se desechan incorrectamente. Además, estas sustancias químicas pueden contaminar el aire si se queman.
Para evitar estos problemas ambientales y de salud, es esencial que los dispositivos usados se almacenen de manera adecuada. En Paraguay existe desde el año 2017 la ley N° 5882/17 “De Gestión Integral De Pilas Y Baterías De Uso Doméstico”, pero hasta el momento es letra muerta al no entrar aún en vigencia por la falta de la reglamentación de la normativa.
Entre los años 2021 y 2022, el Ministerio del Ambiente trabajó en la reglamentación y envió el 6 de abril del año pasado al Poder Ejecutivo un modelo de decreto reglamentario, mediante el cual se implementará el Plan de Gestión Ambiental Integral de Pilas y Baterías, por un periodo de 10 años y que deberá ser actualizado cada 5 años. Además creará el Registro de operadores de proceso de transporte, almacenamiento, tratamiento, reciclado, y disposición final de pilas y baterías.
De acuerdo con la propuesta, los lugares que venden las pilas serán responsables de disponer para sus clientes de puntos de acopio diferenciados de acuerdo al tipo de producto que comercializan. Este almacenamiento debe hacerse de manera temporal y luego cada municipio o las empresas concesionarias tendrán que llevar las pilas hacia una planta de reciclaje o disposición final autorizada por el MADES. Sin embargo, desde hace un año que el Poder Ejecutivo no reglamenta la ley y por ende no entra en vigencia.
Anteriormente, la Fundación Itá Enramada, que estaba a cargo de Rubén Figueredo, ofrecía a la ciudadanía la opción de acopio de las pilas, de modo a que no sean desechadas con la basura domiciliaria. Sin embargo, el servicio dejó de funcionar luego de que el ambientalista fuese procesado y condenado en una primera instancia, por violar la ley 716/96 que sanciona delitos contra el ambiente, por tener su depósito a metros del cauce del río Paraguay. En febrero de este año, un Tribunal de Sentencia declaró la extinción del proceso judicial contra Figueredo en el segundo juicio, ya que la condena inicial fue anulada por la Cámara de Apelación.
¿QUÉ QUEDA POR HACER?
Al no existir más la opción que ofrecía la Fundación Itá Enramada, la mayoría de la ciudadanía no conoce la forma adecuada de desechar y termina tirando a la basura las aparentemente inofensivas pilas, pero que se convierten en uno de los residuos más peligrosos.
El Ministerio del Ambiente propone que una vez que las pilas estén agotadas, el consumidor debe almacenarlas en un recipiente de plástico de boca ancha, de cierre hermético, con una capacidad de hasta 5 litros. No es recomendable introducirlas en botellas con aberturas pequeñas porque hará difícil depositarlas en los recipientes de recolección.
Además, la persona deberá separarlas de acuerdo a su clasificación: pilas cilíndricas no recargables por un lado, las pilas redondas (con forma de botón) en otro recipiente, las pilas de computadores portátiles en otro y aparte las baterías de teléfonos celulares que sean extraíbles. Es aconsejable que estos recipientes se coloquen fuera del alcance de los niños, cubiertos bajo techo, protegidos del sol y la humedad.
¿A DÓNDE LLEVAR?
Desde el MADES afirmaron que de momento solo hay dos empresas privadas habilitadas para la recolección y disposición de pilas: Tayi Ambiental S.A. y El Farol S.A. Estas firmas están habilitadas para someter las pilas a un molde donde se estabilizan y se disponen en rellenos de seguridad.
El ingeniero Guillermo Pineda, asesor técnico ambiental de El Farol, detalló que la empresa posee la infraestructura para realizar el encapsulamiento de las pilas, al colocarlas en un bloque de cemento que aísla los componentes peligrosos. Sin embargo, reconoció que de momento solo tiene en su depósito 3 kilos de pilas almacenadas en contenedores especiales, ya que únicamente dos clientes privados suelen acercar sus productos para su tratamiento, no así los municipios de Central a los cuales la firma ofrece sus servicios. También resaltó que los recicladores informales no sacan las pilas de los vertederos, ya que suelen optar más bien por reciclar el papel, cartón, plástico y metales para su posterior venta.
El ingeniero subrayó que falta una política de gestión de las pilas y baterías de parte del MADES y de las municipalidades, porque generalmente las instituciones educativas y empresas realizan sus iniciativas de colectas, pero luego desconocen qué hacer con todo lo recolectado, al no existir un delineamiento claro sobre la forma en que deben desecharse estos productos.
En la actualidad, bajo la excusa de que aún no entró en vigencia la ley, los municipios no cuentan con un servicio de recolección de las pilas usadas y la mayoría dan como solución parche que sean los ciudadanos quienes junten las pilas en botellas que tengan una buena abertura, a la espera que alguna vez la normativa sea ejecutada y se establezcan los mecanismos para la correcta gestión de estos residuos.
Solo algunos municipios, como Asunción y Fernando de la Mora, piden a sus contribuyentes que acerquen sus productos usados para su almacenamiento. En la capital, la ciudadanía debe llevar a la base operativa de la Dirección de Servicios Urbanos, situada sobre la calle Manuel Gondra c/ Estados Unidos, de lunes a viernes de 07:00 a 16:00.
Es importante que Paraguay vaya avanzando en una política de gestión integral de estos componentes que causan tanto daño al medioambiente, y cada familia puede comenzar realizando el correcto almacenamiento de los productos usados, pero también se requiere que el Poder Ejecutivo emita lo antes posible el decreto reglamentario de la ley de pilas, para que el Ministerio del Ambiente y los municipios comiencen a gestionar su aplicación.