Fin del arco libre a narcos y crimen organizado

Paraguay dio un giro histórico en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado. Tras años de operar como plataforma de envío de cocaína a Europa, el país alcanzó el estatus verde, un indicador que evidencia que la droga ya no sale más desde territorio paraguayo, sino que apenas utiliza el espacio aéreo como trampolín.

Este importante cambio se debe a la política de Estado implementada por el actual Gobierno, mediante un esquema de control reforzado, con radares activos, operaciones militares y cooperación internacional sin precedentes.

La ofensiva del Gobierno incluye la operación Escudo Guaraní, la reestructuración de la vigilancia aérea con aeronaves Super Tucano y la instalación de un Comando Bipartito con Brasil, cerrando los huecos que por años fueron aprovechados por estructuras criminales.

Mediante Escudo Guaraní se registró días atrás un hecho sin precedentes para la soberanía aérea, cuando una aeronave Super Tucano de la Fuerza Aérea Paraguaya interceptó y obligó a aterrizar una avioneta irregular con matrícula boliviana en la zona de Paso Barreto, Concepción. La aeronave fue detectada por el radar móvil desplegado en el norte, que alertó al centro de mando y activó el protocolo de interceptación.

La avioneta, presumiblemente vinculada al tráfico de drogas, fue incautada tras un procedimiento que marcó un antes y un después en la capacidad operativa del país frente a incursiones clandestinas.

La operación Escudo Guaraní es el mayor despliegue conjunto de fuerzas militares y de seguridad en los últimos años. Actualmente, 4.000 efectivos operan en puntos estratégicos de las fronteras con Brasil y Argentina, con patrullajes por tierra, aire y agua.

El operativo incluye vigilancia aérea con Super Tucano y helicópteros, controles fluviales con embarcaciones de la Armada Paraguaya, patrullaje terrestre con unidades entrenadas en control e inteligencia, y apoyo logístico permanente, con combustible, municiones y equipos tácticos. El objetivo es prevenir, disuadir y neutralizar amenazas del crimen organizado, además de respaldar misiones como el operativo anticontrabando Jejoko Mbarete.

En paralelo, Paraguay y Brasil firmaron además el Acuerdo Interinstitucional Operacional que instala el Comando Bipartito en Salto del Guairá–Guaíra, para fortalecer la lucha contra organizaciones criminales transnacionales.

Este comando permitirá realizar el intercambio permanente de información estratégica, implementar acciones coordinadas de prevención y reacción, estandarizar protocolos operativos, y coordinar labores entre policías, militares y agencias especializadas de ambos países.

El esquema se integra directamente a Escudo Guaraní y amplía la capacidad de control territorial, cerrando brechas utilizadas históricamente por grupos criminales que operan simultáneamente a ambos lados de la frontera.

Todo esto pone fin al arco libre que gozaban los narcotraficantes durante la administración de Mario Abdo Benítez. En ese sentido, el ministro de la Senad, Jalil Rachid, destacó que hoy el país está catalogado como canal verde, es decir, la droga puede ingresar mediante vuelos ilegales, pero no queda ni se embarca en Paraguay.

Esta situación es muy contraria a lo que ocurría anteriormente. En el año 2019, desde nuestro país salieron 3.000 kilos de cocaína hacia Europa. En 2020, la cifra subió a 6.000 kilos. Y para 2021, con “arco libre”, el volumen explotó a 32.000 kilos. El 10% de la cocaína incautada en Europa partía de Paraguay.

Ahora la diferencia fundamental es que ya no pueden operar con libertad dentro del territorio paraguayo debido a los radares activos, los Tucano en vuelo y controles reforzados. Las organizaciones criminales saben que en Paraguay ya no pueden operar como antes, por lo que reestructuró su ruta de envío de droga.  De esta manera, el país dejó de ser un punto de salida y se convirtió en un espacio vigilado, controlado y con capacidad de respuesta inmediata.

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